Un año después nos estamos preguntando ¿llegará OpenAI a fin de mes?

Un año después, analizamos si OpenAI es rentable. Con GPT-5 ya disponible para el gran público y rivales como Qwen, Grok, LLama, Gemini, Claude o Mistral, ¿justifica sus gastos o sigue siendo una apuesta arriesgada?

OPINIÓN

Curiosidad Artificial sobre una idea original de IA IA Oh Blog

10/5/20256 min read

Un inversor humano negocia con una IA frente a una pila de dinero ardiendo en una oficina.
Un inversor humano negocia con una IA frente a una pila de dinero ardiendo en una oficina.

Un año después, los Inversores siguen gritando: "¡Enséñame la Pasta!"

Hace un año, en el otro blog de Curiosidad Artificial (IA IA Oh Blog IA al alcance de todos) analizábamos el curioso caso de OpenAI. Lo comparábamos con Rod Tidwell, el personaje de Cuba Gooding Jr. en Jerry Maguire. Tenía el talento, el carisma y el "quan" —el respeto, el amor, la admiración de todo el mundo—. Pero le faltaba una cosa, y se la exigía a su agente a gritos: "¡Enséñame la pasta!".

Un año después, el grito resuena con más fuerza si cabe. OpenAI ha movido ficha. Ha puesto sobre la mesa avances tecnológicos que rozan la ciencia ficción y ha empezado a generar ingresos a un ritmo vertiginoso (prácticamente ha triplicado sus ingresos el último año). Pero la pregunta fundamental, la que separa una revolución sostenible de una burbuja gloriosa, sigue en el aire. ¿Es esta la "pasta" buena, la que crea un negocio real, o es solo la gasolina para mantener encendida una hoguera de gastos cada vez más grande?

Recreación del enséñame la pasta de Jerry Magruire, pero dirigido a los directivos de una empresa de IA..Recreación del enséñame la pasta de Jerry Magruire, pero dirigido a los directivos de una empresa de IA..

Publicado en IA IA Oh Blog, IA al alcance de todos el otro blog de Curiosidad Artificial.

Te invito a releer el artículo original para ponerte en situación. En septiembre de 2024 decíamos que se estimaba que OpenAI iba a acabar 2024 con unas pérdidas de 5.000 millones de dólares y que no esperaba obtener beneficios hasta 2029 y lanzábamos la pregunta de si estábamos ante una nueva burbuja como la de las puntocom o si la IA era la piedra filosofal que transformaría en oro todo lo que tocase. Ahora, veamos qué ha cambiado en esta increíble historia. [Leer artículo]

OpenAI pone los billetes sobre la mesa

Hay que reconocerlo: OpenAI escuchó el grito. Su respuesta durante el último año no ha sido tímida. El lanzamiento de GPT-5 en agosto de 2025 no fue una simple actualización; fue una demostración de poderío. Un modelo con una capacidad de razonamiento y una eficiencia que ha vuelto a poner distancia con sus seguidores más inmediatos. A la vez, Sora, su modelo de generación de vídeo, ha dejado de ser una demo de YouTube para empezar a integrarse en plataformas profesionales como Azure, mostrando un camino claro hacia su monetización.

Y las cifras de facturación acompañan. Las proyecciones para 2025 hablan de ingresar más de 11.000 millones de dólares. Una cifra estratosférica que triplica la del año anterior. Visto así, parece que Jerry Maguire (Microsoft y el resto de inversores) ha conseguido lo que pedía. OpenAI está, literalmente, enseñando la pasta. Pero, como en la película, la historia no acaba aquí.

El gigantesco "Pero": Una competición de resistencia financiera

Aquí es donde el guion se complica. Ese torrente de ingresos no fluye hacia un plácido lago de beneficios. Cae directamente en la catarata de una de las operaciones tecnológicas más caras de la historia de la humanidad. Entrenar GPT-5 ha costado una fortuna incalculable, y mantener la infraestructura necesaria para que millones de personas y empresas lo usen es un sumidero de dinero constante. OpenAI enfrenta un dilema fascinante: cuanto más exitosos son sus productos, más dinero pierden. El ChatGPT Pro, su plan de mayor precio, genera pérdidas en cada usuario que lo usa intensivamente. Es como tener un restaurante donde cada cliente que come más te hace perder más dinero.

Más que una carrera por tener la mejor tecnología, esto se ha convertido en una competición de resistencia financiera. OpenAI está inmersa en una escalada de apuestas sin precedentes, donde cada nuevo avance exige una inversión aún mayor en chips y centros de datos. La pregunta para un inversor ya no es solo cuánto dinero entra, sino si esa entrada podrá algún día compensar una sangría de gastos que crece de forma exponencial. La rentabilidad sigue pareciendo un espejismo en el horizonte, y la fecha de 2029 que se barajaba hace un año no parece, en absoluto, una locura.

El mercado se llena de jugadores más ágiles e Inteligentes

Y por si fuera poco, el panorama competitivo ha explotado. Si en 2024 la pelea parecía cosa de tres —OpenAI, Google (Gemini) y Anthropic (Claude)—, hoy el ring está abarrotado. Y los nuevos contendientes no solo son fuertes, sino que juegan con reglas diferentes.

Mientras OpenAI apuesta por la fuerza bruta y el modelo más grande y costoso, un ecosistema de rivales está demostrando que se puede ser más eficiente. Meta sigue impulsando el código abierto con Llama, la francesa Mistral se ha convertido en la campeona europea, y xAI de Elon Musk juega a la provocación con Grok.

Pero la verdadera disrupción quizás venga de Asia. Modelos como Qwen (de Alibaba) o, sobre todo, DeepSeek, están logrando resultados impresionantes con costes de entrenamiento mucho menores. No entremos en detalles técnicos, pero muchos de ellos usan arquitecturas más inteligentes, como la Mezcla de Expertos (MoE), que permiten activar solo las partes del modelo necesarias para cada tarea, reduciendo drásticamente los costes operativos.

Para un inversor, esto lo cambia todo. ¿Por qué apostar todo tu dinero al caballo más grande y caro si hay potros más ligeros y ágiles que quizás puedan ganar la carrera a una fracción del coste? La existencia de estas alternativas añade una presión inmensa sobre el modelo de negocio de OpenAI.

"Enséñame la pasta"... pero la de verdad

Volvemos al principio. Un año después, la demanda sigue siendo la misma, pero el contexto es infinitamente más complejo. OpenAI ha demostrado que puede generar "pasta", y mucha. Ha acallado a los que dudaban de su capacidad para crear un producto por el que la gente pagara.

Sin embargo, los inversores ahora son más sabios. Ya no se deslumbran solo con la tecnología o la facturación. Han visto que existen otros caminos, otras filosofías, otros modelos de negocio que podrían ser más rentables a largo plazo.

El desafío de OpenAI ya no es tecnológico. Su reto es demostrar que su modelo de "gastarlo todo para ganarlo todo" es sostenible. Tiene que enseñar la pasta, sí, pero no la que ingresa, sino la que se queda en la caja después de apagar la hoguera de los gastos. Y el reloj, como para Jerry Maguire, sigue corriendo.

El debate sobre este tema está que arde, pero no aquí. Lo hemos trasladado a nuestro perfil de Instagram, donde te pregunto directamente: ¿En qué equipo estás, en el de OpenAI o en el de sus competidores? (enlace a la entrada de CuriosidadArtificial.es en Instagram)

Gráfico de tarta dónde ChatGPT tiene más de un 80% de cuota de mercado de los chatbots de IA.
Gráfico de tarta dónde ChatGPT tiene más de un 80% de cuota de mercado de los chatbots de IA.

Preguntas y respuestas sobre los números de OpenAI la empresa detrás de ChatGPT

¿Qué pérdidas espera OpenAI para 2025?

Para 2025, las pérdidas (lo que llaman "cash burn", o sea, dinero que se va sin volver) son unos 8.000 millones de dólares. Esto es más de lo que esperaban antes (subió 1.500 millones). En 2024 eran unos 5.000 millones, pero con el crecimiento, los gastos suben. La mayoría va a computadoras y servidores para correr la IA, que es carísimo.

¿Hasta 2029 OpenAI no tendrá beneficios?

Sí, básicamente. No esperan "beneficios" (ganar más de lo que gastan) hasta 2029 como mínimo, y algunos informes lo retrasan a 2030. Están en modo "crecimiento loco": queman dinero ahora para dominar el mercado de IA más adelante. Sam Altman (el jefe) dice que podrían ser rentables antes, pero prefieren invertir todo para no quedarse atrás de competidores como Google.

¿Cuál es la estrategia que atrae tanta inversión?

Invertir miles de millones en tecnología para hacer la IA más barata y poderosa. La idea es:

  • Escalar todo: Compran chips, construyen data centers y entrenan modelos mejores (como GPT-5). Gastos totales hasta 2029: 115.000 millones en "quema de dinero".

  • Aumentar ventas: Esperan triplicar ingresos cada año con más usuarios pagando (ChatGPT Plus, empresas) y nuevos productos (como "agentes" IA que hacen tareas automáticas).

  • Reducir costos: Con más escala, cada uso de ChatGPT cuesta menos. Ahora pierden por usuario gratis, pero en el futuro, el boom de IA (mercado de billones) les dará ganancias.

Es como Amazon: perdieron años, pero crecieron tanto que ahora son rentables. OpenAI apuesta a lo mismo, con acuerdos gigantes (ej: 60.000 millones anuales con Oracle para servidores). Si falla, podría ser un problema, pero inversores como Microsoft creen en ello.